INSTITUCIONAL

HISTORIA DEL SAN BENITO DE TIBATÌ

La llegada de los monjes a Bogotá se remonta a 1958 cuando el Arzobispo de Manizales Luis Concha Córdoba, viajó a St. Mary’s Hospital para hacerse una revisión médica de rutina. Allí se encontró con el Abad de Assumption Abbey, Ignatius Hunkler, quien visitaba a uno de sus monjes que sufrió un accidente automovilístico. Al año siguiente, el Arzobispo fue trasladado a Bogotá, e insistió al Abad que hiciera una fundación en Bogotá.

Una vez se hubo puesto de acuerdo el capítulo monástico, fueron enviados cuatro monjes: Anselmo Ruelle, Adriano Mundt, Federico Mundt y Lorenzo Wagner (en orden de aparición en la fotografía). Llegaron el 6 de Agosto de 1960, día en el que se conmemora no sólo la fundación del monasterio, sino también el aniversario de la Fundación Bogotá, la Fiesta de la Transfiguración y el estallido de la bomba de Hiroshima.


En Octubre de 1962 la comunidad fue establecida como priorato dependiente. La comunidad recibió el nombre de PRIORATO DE TIBATI. La palabra "Tibatí" procede del lenguaje Chibcha y significa "Alegría del Señor." Fue nombrado prior el P. Lawrence Wagner.

En febrero de 1969 la comunidad residente en Bogotá recibió permiso para abrir su propio noviciado. Ya en 1961 los monjes habían dado vida al Colegio San Carlos.

El 12 de diciembre de 1979 los monjes, encabezados por el P. Valeriano Odermann fundaron el Colegio San Benito de Tibatí.
En la actualidad la comunidad está integrada por siete monjes en votos finales (cinco de ellos son sacerdotes, de los cuales seis son colombianos), uno en votos temporales, seis novicios y dos postulantes.


Cada tres años el abad de la Abadía de la Asunción hace su visita canónica a la comunidad para animarla espiritualmente e impulsar el crecimiento de la vida monástica colombiana.

Además de trabajar en los dos colegios, los monjes de Tibatí prestan sus servicios pastorales a conventos y parroquias cercanas. Tienen apostolado litúrgico con los fieles de la localidad y la pastoral social con los necesitados del sector. Se dedican a la oración –tanto privada como pública-, estudio personal, practican el servicio fraterno en comunidad y ayudan en los quehaceres del monasterio, así como los monjes jóvenes atienden los trabajos de la huerta, la encuadernación y el arte monástico.